martes, 6 de julio de 2010


La Comisión de la Verdad y de la Reconciliación (CVR) fue una comisión peruana encargada principalmente de elaborar un informe sobre la violencia armada , vivida en el Perú durante el periodo entre los años 1980 y 2000. Fue creada en junio de 2001 por el presidente provisional Valentín Paniagua, convocando a diferentes miembros de la sociedad civil. Fue presidida por Salomón Lerner Febres, entonces rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además de la investigación de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), intentó profundizar en las causas de esa violencia y en la dura represión militar contra estos movimientos terroristas, que cobró principalmente víctimas civiles en este fuego cruzado. Para ello, recogió el testimonio de 16985 personas y organizó 21 audiencias con las víctimas de la violencia, a las que asistieron más de 9500 personas. El Informe Final se hizo público el 28 de agosto del 2003, ante el presidente peruano Alejandro Toledo.


El informe final se presentó en Champagnat el 28 de agosto del 2003 en una ceremonia realizada en el Palacio de Gobierno. Este consta de nueve tomos donde se detallan los hechos sucedidos durante los veinte años que cubre el informe. Consta de tres partes principales: La primera donde se relata el proceso, los hechos y las víctimas. La segunda, que relata los factores que permitieron que se desarrolle el conflicto. Y la tercera que explica las secuelas del conflicto y se postulan las recomendaciones para que estos eventos no se repitan. A pesar de los esfuerzos de la CVR, la sociedad civil ha sido muy indiferente a esta iniciativa.


Aunque actualmente existe una gran polemica y debate acerca del tema del museo de la memoria ya que algunas personas dicen que no deberian crear algo que nos haga recordar los años de tragedia, muertes, violencia como lo fue el terrorismo, que causo mucho daño a personas inocentes.

Asi como tambien hay grupos de personas que defienden su idea de seguir adelante con lo del museo de la memoria, ya que seria en honor a aquellas personas que sufrieron una injusticia y a quienes la causaron debido a querer tomar justicia con sus propios actos y a su manera.

Pues dejemos esto a opinion y a criterio de cada uno, ya que todos tenemos derecho a la opinion y decision propia.

domingo, 4 de julio de 2010

El museo de la memoria

El museo de la memoria consiste en recordar todo aquello que sucedió en nuestra historia, nuestro Perú necesita un Museo de la Memoria, no sólo del conflicto de baja intensidad, que aun no termina, entre las FFAA unidas con la ciudadanía y los grupos subversivos o sus remanentes y sus activos brazos legales. Esa es una parte de nuestro pasado y de nuestro presente, el Museo de la Memoria nos debe recordar todas las guerras que formaron lo que ahora somos una nación en ciernes. Desde la mítica epopeya de Manco Cpac, la expansión del Imperio de los Incas con Pachacutec, la conquista con la invasión española y el exterminio de los indígenas , en uno de los mayores genocidios jamás reconocidos, que destruyo vidas, extirpo lo que ellos llamaban idolatrías y arraso con el idioma universal de la época el runasimi. Conquista que fue posible gracias a la colaboración de algunas etnias locales, de los muchos reinos del Perú. Las guerras de la Independencia, la guerra con España, la separación del Ecuador y de Bolivia. La Guerra del Pacifico, la guerra con Colombia, las Guerras con Ecuador y el surgimiento de grupos armados subversivos en el 60 y los grupos criminales de los 80, Sendero Luminoso y el Movimiento revolucionario Tupac Amaru.
Si necesitamos recordar para nunca olvidar, como fue que las ideas de unos hombres llevo al país al borde de la barbarie, y no debemos olvidar quien llevo adelante la estrategia para derrotar la fuerza principal de Sendero Luminoso y su cúpula, así como extinguir al MRTA.
El Museo de la Memoria ayudará a que los peruanos no olvidemos a las víctimas de la violencia: civiles y uniformados. Homenaje permanente concretado en un proyecto que integra en un espacio a la exposición fotográfica "Yuyanapaq”, a un centro de información y diálogo y al monumento ‘El Ojo que Llora’.
La historia nuestra es la de un país de amnésicos. Una nación en la que los mejores ciudadanos nunca fueron gobernantes. En la que dictadores que llegaron al poder con las manos manchadas de sangre, después, para darse un aire democrático, se hacían elegir en comicios amañados. José de la Riva Agüero recordaba en 1912 que el desastre peruano en la guerra con Chile fue consecuencia del comportamiento de las clases sociales que dominaron al país “incapaces de apreciar la majestad de la idea de patria”.